Gesto Quebrado

Resuena, desde la primera página del periplo aéreo y de la ascesis que emprende González-Alcalá, la gratitud reverente y amantísima que le profesa a la poeta venezolana Ida Gramcko, ante cuyos versos transfigura su voz y renacen de su garganta, de debajo de sus alas, tal relámpagos de la inmanencia. González-Alcalá asume la escritura de cada verso como un orfebre, o como un alquimista, mas no deja evidencia de su oficiar, de su trabar la estructura y la forma del poema. Gesto quebrado es un libro de un raro espesor, de sugerente e inaprensible carnalidad, de un misticismo palpitante, de la nocturnidad, del ánima, un libro prófugo de la locura y encendido de deseo por el Ángel y por el Absoluto Amor. Un libro urdido en espiral, devota y febrilmente, que se ofrece en tres cantos o partes, con brillo propio cada uno, que al juntarse resultan incandescentes. Patricia Guzmán